Alguien que no soy
Elísabet Benavent
Alba es periodista de vocación, es soltera y sobrevive en Lavapiés. Alba pierde su empleo, pero Gabi le consigue una entrevista. Alba ahora es secretaria y se siente frustrada. En su primer día de trabajo, cruza la mirada con un hombre en el metro. Ese hombre es Hugo. Es sexi, provocador e irresistiblemente deseable. También conoce a Nicolás, enigmático e inquietantemente atractivo... Y todo se complica cuando Hugo y Nico le proponen un juego.
Hace unos meses encontré en la librería este libro que llamó mi atención al instante. ¿Qué hacían unos ositos de gominola comportándose de una forma tan traviesa? Entonces no lo compré, pero la portada se quedó grabada en mi memoria. Así que hace unos días, cuando me topé de nuevo con el libro en edición de bolsillo no me pude resistir. Me lo compré y ese mismo día empecé a leerlo.
Alba es una periodista que, por culpa de la crisis, pierde su trabajo y se ve obligada a trabajar en una oficina como secretaria. En su primer día de trabajo conoce a Hugo y a Nicolás, con los que comienza un jueguito sexual nada convencional y totalmente arriesgado.
Como véis, la trama no tiene complicación alguna. Uno de sus grandes atractivos gira entorno a esa sencillez en su historia, y, sobre todo, a que, a pesar de que casi desde el principio se intuye cómo van a acabar las cosas (tiene un final más que previsible), la autora consigue que quieras seguir leyendo sin parar hasta el final.
Antes de adentrarme un poco más en la reseña, quiero recordaros que se trata de un libro erótico muy explícito. Si no estáis preparados para leer sobre felaciones o dobles penetraciones, no os aconsejo que lo leáis: las escenas de sexo os van a resultar duras.
En cuanto a sus protagonistas, son la perfecta representación de los clichés de la novela romántica. Alba es una mujer de 29 años que acaba de salir de una relación sentimental y que se lanza a los brazos de Hugo y Nicolás. Gracias a ellos y a través del sexo se autodescubre a si misma. Por su parte, Nicolás y Hugo forman el ideal del hombre perfecto: ambos con buenos trabajos, con dinero, uno rubio y otro moreno, uno tímido otro extrovertido, uno es un chico malo mientras que el otro parece un buen tipo... Lo dicho, juntos forman lo que supuestamente es un "hombre perfecto".
Después tenemos a los personajes secundarios, principalmente mujeres, amigas o familiares de Alba, entre las que destacan Olivia y Eva. Ambas en representación de ese ángel y ese demonio que todos llevamos en nuestros hombros. Ese ángel que te dice que no hagas cosas malas; y ese demonio que te dice que las disfrutes.
Resumiendo, creo que es un libro cargado de clichés, tanto por sus personajes como por su trama, pero que funciona a la perfección. Es entretenido, con un ritmo muy ágil casi todo el tiempo (he de admitir que a mi me sobraba alguna escena de sexo) y divertido.